5 de enero de 2010

Vic... seguimos...

"El Periódico" sigue a la suya, don erre que erre. Hoy, el día de la noche más mágica de los niños, se nos descuelga, en portada y  a toda página en su interior, con que la "Generalitat censura a Vic" (sic). Dejando de lado la opinión que me pueda merecer la capacidad redactora del becario que tienen en esta última semana de vacaciones navideñas, la verdad es que no me puedo sustraer a volver a comentar el tema.

Desde luego, a insistentes nos les gana nadie, cuando a estos del Grupo Zeta les da por pillar presa. Igual, igual que con las motocicletas y motoristas. Tienen una rara habilidad para convertir a las víctimas en culpables; serían grandes abogados en los USA. O mucho deben a la Moncloa, como mucho deben a las marcas de automóviles, cuyos anuncios diarios en su publicación les reporta enormes beneficios.

Lees la noticia, la información (por llamarlas de alguna manera), y tal parece que los delincuentes sean los ciudadanos catalanes, españoles, de Vic. Que la ilegalidad y falta de respeto la ponga el alcalde, apoyado -esta vez sí, a saber por que razón- por sus socios de gobierno, el Trist-Partit en versión Osona. Que los indocumentados parásitos que deambulan por la comarca, con todos los peligros, reales, no imaginarios que acarrean, sean las pobrecitas víctimas propiciatorias de planes pre-electorales y arbitrariedades de un edil casquivano.

Más le valdrá a Anglada marcar de cerca a estos. Y cuidarse mucho de los ataques denodados de publicaciones de la importancia de El Periódico. Ojalá CIU no juegue, como otras veces, al falso progresismo para mendigar cuatro votos despistados. Un posicionamiento claro será de agradecer por la ciudadanía, no solo la vigatana; ciudadanía que día a día es espectadora de la degradación de nuestra sociedad. A cifras me remito: véanse las cifras de delitos en nuestro país, y qué porcentaje de esos delitos son cometidos por ilegales, indocumentados, eso sí, empadronados. Y si acaban en prisión, a pagarles la estancia con nuestros tremendos impuestos.

Mientras haya gente en España, que por un plato de lentejas, y cegados por el absurdo pseudo-modernismo progresista ignorante, defienda antes a un ilegal que a la ciudadanía honrada, mal vamos a ir.

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