2 de enero de 2010

DESOLACION, MOTOS, Y GOBIERNOS INFECTOS

Soy motorista. Un vicio como otro cualquiera. Y, por edad, o porque tengo convicciones, me preocupa la seguridad de los motoristas, de los conductores en general; me revienta la política nefasta que en materia de seguridad vial tiene el Govern de Catalunya, y el Gobierno de España. Por mucho bajón de fallecidos que se jacten que ha habido este pasado (al fin!) 2009. No trago. Mienten, como siempre. Esconden causas objetivas del bajón, solo para apropiarse de méritos que muy poco les corresponden a esos mandarines de pacotilla.

Y leo mucho, leo revistas de motociclismo. Profesionales íntegros, que viven su pasión por la moto al servicio de un colectivo, que en este país está siendo denostado continuamente por gobernantes incapaces. Bien es verdad que hay, como en botica, de todo, y actitudes y actuaciones salvajes de una minoría, al ser magnificadas por los medios generalistas, retratan a todos injustamente. En fin, hablaremos de ello. Pero hoy, en el número 70 de MOTOVIVA, su director Gonzalo de Martorell, clama con su habitual acierto y lenguaje directo, contra las políticas de escaparate que los eco-pijos catalanes nos meten con embudo, pagando nosotros, claro. Alude como argumento de salida, al sensacional helicóptero que el Servei Català de Trànsit ha estrenado; la purita envidia de propios y extraños. Y el editorial me ha cabreado, tan demoledor es. Y en su artículo habitual, el colaborador Rafael Cerro nos plasma un panorama no solo motorista, sino genérico, pésimo, del país que ayer 1 de Enero, tomó el testigo de la presidencia europea. Que pena de Europa, vive Dios!

Para quien no conozca esa publicación, la recomiendo de verdad. Su web es http://www.revistamotoviva.com/

Y traslado, íntegra, la carta que he enviado comentando tanto el editorial como el artículo a que me refiero. Ambos merecen la pena, no solo para motoristas, sino para cualquier ciudadano que de verdad se sienta preocupado por donde estamos, y peor, hacia donde nos dirigimos. Como dijo el viejo sabio "salú que haiga...".














(c) mc ediciones



DESOLACIÓN

Sí, desolación es la palabra que tal vez más se acerca al sentimiento que tengo. Como cada fin de mes, me hago con vuestra revista y lo primero que hago es tragarme sin pestañear el editorial de Gonzalo; acto seguido, raudo a la página donde caiga el artículo de Rafael Cerro; y este mes, coincidiendo con el cambio de año, el editorial no solo me cabrea, el artículo no solo me enerva.
Me deja desolado, triste, con una sensación de impotencia difícil de describir. ¿En qué país vivimos?. ¿Cuánto tiempo va a durar?

Un helicóptero que te fotografía la matrícula a 1,5 kmts es cualquier cosa menos disuasorio; mejor dicho, es solo RECAUDATORIO. Latrocinio puro, y duro, muy duro. Si el cabroncete que ha sido cazado provoca un accidente mortal 100 metros más adelante, de poco habrá servido la millonada que Saura, con mi dinero, ha tirado a la basura. Eso sí, el ecopijo tendrá una prueba fehaciente de que el mal nacido es culpable. Que consuelo para la familia de las más que probables víctimas. Y con mi dinero, el que una banda de chorizos aupados por 4 votos, me roba, y con el que tienen acogotada a mi Catalunya. Ja!. Coño, me olvidaba de que hay que mantener unas embajaditas. Cachis!

Y el paisaje que me describe Rafael, el de un país poco menos que tercermundista, no es mejor. Suscribo una por una sus palabras, especialmente cuando habla del sinvergüenza de ‘camarero’ que le coló una sepia atroz a unos yanquis, en Gandía. Conozco Gandía, y bien. Y puedo garantizar que no era así. Pero especímenes como ese campan en cualquier sitio, lo sabéis bien. Estoy hasta los cojones de ‘ciudadanos de origen búlgaro’, de ‘individuos de color’, de ‘personas de raza árabe’, y demás. Me tratarán de intransingente, de racista y de falaz reaccionario si les llamo por su nombre, cuando ellos a mí me insultan a diario con su actitud chulesca, al mejor estilo de Pere Navarro; así son de prepotentes con el país y el ciudadano que les paga su seguridad social, y una calidad de vida que ni hartos de tintorro malo habrían imaginado.

El acerado verbo (joder, que cursi suena), que Gonzalo usa contra esos mandarines del tres al cuarto es exactamente lo que pienso, e imagino que piensan tantos otros. Y se autodenomina ‘carca’. Lo ha hecho en varios editoriales. Carca?. Yo también lo soy?. Dios mío.

Juro que me emocioné en el archifamoso miting de Felipe en La Monumental de Barcelona en el 82, junto a mi padre, que por aquel entonces, era un pedazo de tío, y no la ruina diabética de 78 años que es ahora.

Prometo que voté socialdemócrata durante años y años, sabedor de que era lo ‘correcto’ y ‘progresista’. Cantaba por la calle aquello de que “España mañana, será republicana”.

Jaleé a Guerra cuando nos garantizó que a España no la iba a conocer ni la madre que la parió.

Sufrí como nunca cuando aquel enano de bigotito ridículo ganó, sin mayoría, unas elecciones echando a Felipe. Y me hirvió la sangre cuando el enano mandarín consiguió la mayoría absoluta.

Y con 200 cadáveres aún calientes, boté como loco cuando echamos a esa purria del poder en el 2004.

¿Qué ha ocurrido en apenas 5 años?. Como motero, lo ignoro, como ciudadano de a pie solo me cabe el asombro, el pasmo.

¿Quién nos ha tomado el pelo de esa manera, para que una triste banda de niñatos de la izquierda más pija tengan cogidos por los huevos a todo un gobierno de Catalunya, nos crucifiquen a impuestos, y encima les tengamos que reír las gracias?. ¿Y que en Madrid, aún condicionen de esa manera? Aunque en Madrid, para hacer realidad el principio de Peter, no les necesitan demasiado. Se pintan solos. Y aún vendrán ahora los Navarros de turno sacando pecho porque el 2009 ha sido el ‘mejor’ año en muertos en carretera, y como diría Rafael, “solo equis eran motoristas”. Los desechos, los daños colaterales, eso es lo que somos los motoristas para ellos. Miserables pagadores de impuestos indecentes, carroña a la que masacrar. Y la culpa será nuestra, por ir en motocicleta, y no con el muy sostenible Bicing de la muy sostenible (a la par que impresentale) Mayol.

Les da igual, niñatas de facultad inacabada, que las nombran ministras, cuando no pasarían la primera criba de una empresa seria; y que todo lo que saben hacer es cabrear a la ultraderecha inventando leyes pro aborto que nadie les ha pedido, ya la tenemos liada. La caverna al ataque, solo nos falta eso; advenedizos con cargo. Analfabetos con carnet. Esa gentuza nos gobierna, y llevan el timón del país, en la peor crisis que ha vivido el mundo en años. Y tú paga y calla, subnormal, que no eres inmigrante, ergo tu único derecho es cagarte en nosotros (en la intimidad, claro).

¿A quién votáis, Gonzalo y Rafael?. De motero a motero: decídmelo y votaré lo mismo; porque tanta desolación le pide a mi cuerpo que el próximo día que toque votar, me quede en una terraza, o me lance a comerme unas cuantas curvitas con mi Hornet, mientras lanzo unas ráfagas al cielo por aquellos que nos dejaron.





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